El radiador de tu coche es un dispositivo metálico que se utiliza para enfriar el refrigerante caliente en el motor. Sin embargo, este puede dañarse y romperse por varias razones.
Normalmente un radiador falla gracias a la corrosión interna. Los radiadores de cobre y aluminio son más resistentes a la corrosión, pero aún puede suceder.
Es muy común que los radiadores se rompan cerca de las mangueras de entrada y salida. Esto se debe a que son más propensas a doblarse por vibraciones y movimientos habituales del automóvil. Aunque es difícil encontrar la rotura, podrás saberlo fácilmente gracias a que la fuga de refrigerante y vapor te ayudará a determinar cuando el sistema esté caliente y bajo en presión.
Un radiador averiado causará serios problemas en el funcionamiento de tu automóvil. Esto se debe a que hará que el refrigerante se escape del sistema de refrigeración, por lo tanto una cantidad inapropiada de refrigerante en el motor causará daños por el calentamiento excesivo. De igual forma, un nivel bajo de refrigerante causa que la bomba de agua no se lubrique de forma apropiada, lo que igual puede provocar fallas.
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